A solas con mi padrastro
Recuerdo muy bien que en ese tiempo estaba pronto a cumplir (18 - 4) años. Mi madre, sagradamente los días lunes, martes y miércoles, salía alrededor de las 19:00 hrs de casa para dirigirse a su trabajo; una casa cercana a la nuestra donde cuidaba a un par de ancianos. Durante esas tres noches me quedaba en la compañía y al cuidado de Julián, mi padrastro.
Julián era el hombre con el cual mamá se había casado dos años después de la muerte de mi padre (era pequeña cuando esto sucedió). Mi padrastro tenía unos 39 años en ese entonces y siempre me había tratado con mucho cariño. Pero desde el momento en que mi madre dejaba la casa durante esos días, el cariño que él me entregaba pasó a otro nivel…
Era un día martes, cerca de las 23:00 hrs. Yo dormía plácidamente cuando sentí que alguien se metía en mi cama, era Julián obviamente. Me susurró al oído, diciendo que venía a hacerme compañía, luego me beso la mejilla y acaricio el cabello, lo cual hizo que me sintiera mucho más a gusto y tranquila.
No pasaron ni dos minutos cuando sentí que su cálida mano pasó de acariciar mi cabello a estar levantando lentamente mi pijama, el cual consistía en un simple vestido de color blanco.
Julián me levantó el vestido hasta dejarlo replegado a la altura de mi cintura. De pronto, su mano se posó repentinamente en una de mis nalgas.
- Quítese el calzón; me susurró nuevamente al oído.
Yo sin contradecirlo, ni sentirme pasada a llevar, lo obedecí de inmediato. En unos segundos mi calzón estaba en sus manos.
- Mmmm, que rico huele; dijo mientras arrugaba el calzón y hundía su nariz en el.
Luego de eso, desplegó las sabanas y frazadas hacia atrás, quedando completamente destapados. Dejó mi calzón a un lado y sus manos las dirigió directamente a mi trasero.
- Que culito tan rico tienes, catita, es perfecto!! ; me decía mientras apretaba y masajeaba mis cachetes.
Debo, destacar que mi cuerpo se desarrolló prematuramente. Desde los 13, tenía mis tetas creciditas y ya era bastante potona, tenía una cuerpo bien formado.
Julián estuvo cerca de una hora masajeando, besando, mordiendo, lamiendo, oliendo y jugando con mi culo. Yo estaba totalmente sometida, había decidido entregarme a él, por una extraña razón, me sentía completamente atraída por mi padrastro. Todo lo que me hacía me causaba placer, y hacia sentirme muy bien. Después de un rato, se detuvo.
- Creo que es suficiente por ahora, si sigo, creo que no podré detenerme. Es mejor que duermas, por que mañana tienes colegio; me dijo mientras me tapaba con las sabanas.
Tomó mi calzón, que estaba junto a la almohada y lo guardó en el bolsillo de su camisa. Se acercó a mí y besó mi mejilla.
- ¿ Estuvo rico, cierto? ; me preguntó.
- Si, me gustó mucho lo que me hizo… ¿ lo volveremos a hacer, verdad ?
- Por supuesto, cada vez que podamos lo haremos, ahora duerme.
Mi padrastro apago la luz de mi pieza y se marchó, dejándome pensativa en mi cama, recordando todas esa ricas cosas que me había hecho, esa noche no pude dormir por la excitación.
Julián era el hombre con el cual mamá se había casado dos años después de la muerte de mi padre (era pequeña cuando esto sucedió). Mi padrastro tenía unos 39 años en ese entonces y siempre me había tratado con mucho cariño. Pero desde el momento en que mi madre dejaba la casa durante esos días, el cariño que él me entregaba pasó a otro nivel…
Era un día martes, cerca de las 23:00 hrs. Yo dormía plácidamente cuando sentí que alguien se metía en mi cama, era Julián obviamente. Me susurró al oído, diciendo que venía a hacerme compañía, luego me beso la mejilla y acaricio el cabello, lo cual hizo que me sintiera mucho más a gusto y tranquila.
No pasaron ni dos minutos cuando sentí que su cálida mano pasó de acariciar mi cabello a estar levantando lentamente mi pijama, el cual consistía en un simple vestido de color blanco.
Julián me levantó el vestido hasta dejarlo replegado a la altura de mi cintura. De pronto, su mano se posó repentinamente en una de mis nalgas.
- Quítese el calzón; me susurró nuevamente al oído.
Yo sin contradecirlo, ni sentirme pasada a llevar, lo obedecí de inmediato. En unos segundos mi calzón estaba en sus manos.
- Mmmm, que rico huele; dijo mientras arrugaba el calzón y hundía su nariz en el.
Luego de eso, desplegó las sabanas y frazadas hacia atrás, quedando completamente destapados. Dejó mi calzón a un lado y sus manos las dirigió directamente a mi trasero.
- Que culito tan rico tienes, catita, es perfecto!! ; me decía mientras apretaba y masajeaba mis cachetes.
Debo, destacar que mi cuerpo se desarrolló prematuramente. Desde los 13, tenía mis tetas creciditas y ya era bastante potona, tenía una cuerpo bien formado.
Julián estuvo cerca de una hora masajeando, besando, mordiendo, lamiendo, oliendo y jugando con mi culo. Yo estaba totalmente sometida, había decidido entregarme a él, por una extraña razón, me sentía completamente atraída por mi padrastro. Todo lo que me hacía me causaba placer, y hacia sentirme muy bien. Después de un rato, se detuvo.
- Creo que es suficiente por ahora, si sigo, creo que no podré detenerme. Es mejor que duermas, por que mañana tienes colegio; me dijo mientras me tapaba con las sabanas.
Tomó mi calzón, que estaba junto a la almohada y lo guardó en el bolsillo de su camisa. Se acercó a mí y besó mi mejilla.
- ¿ Estuvo rico, cierto? ; me preguntó.
- Si, me gustó mucho lo que me hizo… ¿ lo volveremos a hacer, verdad ?
- Por supuesto, cada vez que podamos lo haremos, ahora duerme.
Mi padrastro apago la luz de mi pieza y se marchó, dejándome pensativa en mi cama, recordando todas esa ricas cosas que me había hecho, esa noche no pude dormir por la excitación.
10 years ago